La orquídea es la flor más hermosa del mundo

Entrevista a Manuel Lucas, amante de las orquídeas

Recientemente ha tenido lugar en Madrid ExpOrquídea, un evento muy especial para los amantes de las orquídeas al que han acudido cultivadores y asociaciones importantes a nivel mundial. 

El principal objetivo de esta exposición es la conservación de nuestras orquídeas y la protección y respeto del entorno medioambiental. 

Hemos entrevistado a Manuel Lucas García, subcomisario de esta exposición, porque seguro que con su experiencia nos puede aportar conocimientos muy interesantes acerca del mundo de la orquídea.  

Pregunta: ¿Cuántas variedades de orquídeas existen?

Respuesta: Se estima que entre las 25.000 y 30.000 especies, repartidas en más de 700 géneros distintos, aunque todo ello es objeto de discusión entre la comunidad científica, ya que las orquídeas que unos proponen como especies otros las consideran como una variedad o subespecie de otra. 

A pesar de ello, esta cifra convierte a las Orquidaceae en la familia más grande de todas las plantas con flor. En ese sentido cabe añadir que todos los meses se encuentran y clasifican nuevas especies. Y si nos referimos a híbridos de orquídeas, en la actualidad hay registrados más de 120.000 diferentes.

P: ¿Cuáles son las más populares en España?

R: En España apenas existe una cultura orquideológica, ya que, los españoles no han tenido tiempo para decantarse por una especie favorita o popular. 

En este sentido son populares aquellas que la gente compra en floristerías o grandes almacenes, ya que, son las que habitualmente suministran los cultivadores al por mayor (en su mayoría, de Holanda). 

Y por eso son comunes los híbridos de Phalaenopsis, las llamadas Cambria (híbridos de varios géneros diferentes), así como los de Dendrobium Nobile y Dendrobium Phalaenopsis. 

Ultimamente también se está dejando ver mucho el encantador Dendrobium 'Berry Oda', y algunas especies como Ludisia discolor (ésta última muy atractiva por su follaje).

P: ¿Y en Latinoamérica?

R: Latinoamérica es otra historia, allí sí tienen cultura orquideológica. Algunos de esos países son auténticos orquidarios en sí, permitiendo a sus ciudadanos mantener y cultivar orquídeas directamente en el jardín, en la calle, sin cuidados especiales añadidos salvo el abono puntual. 

La orquídea es de hecho símbolo nacional en varios de ellos: Cattleya trianae en Colombia, Cattleya mossiae en Venezuela, Brassavola digbiana en Honduras, Guarianthe skinneri en Costa Rica, Anacheilium cochleatum en Belize, o Lycaste virginalis en Guatemala, por poner unos ejemplos. 

En el año 2001 se descubrió la espectacular Phragmipedium kovachii y en Perú ya existe un amplio movimiento para convertirla en símbolo nacional, incluyendo el cambio de su denominación a Phragmipedium Peruvianum. 

Ya te haces una idea de hasta qué punto los latinoamericanos están familiarizados con las orquídeas... Es obvio que en cada país existe cierta predilección hacia esa flor que usan como símbolo nacional, aunque eso no haga desmerecer en absoluto a las demás.

P: ¿Qué cuidados necesitan?

R: Esto es muy relativo, aunque dependerá del entorno de la orquídea en su lugar de origen. En general, necesitan una humedad por encima del 60 por ciento, y son sensibles a las heladas. 

Sin embargo, hay orquídeas capaces de sobrevivir a varios metros bajo la nieve, algunas han colonizado ya el Círculo Polar Ártico y habitan en los lugares más umbríos de bosques y selvas, por lo que no tienen muchas necesidades de luz. 

Otras, sin embargo, son capaces de sobrevivir en ambientes muy soleados, casi predesérticos, compartiendo hábitat con cactus y xerofitas.

 Pero en general, las orquídeas que solemos tener en casa necesitan de una buena ventana, con una cortina fina para evitar el sol directo, buena humedad (fácil de conseguir colocando un platillo con agua bajo el tiesto, pero de modo que nunca llegue a tocar éste) y abono con regularidad. 

Lo cierto es que son menos delicadas de lo que la gente cree y es obligación de todos los amantes de las orquídeas trabajar para desmitificarlas. 

Existe una orquídea para cada casa, para muchos y diferentes rincones. 

P: ¿Es la Navidad un buen momento para regalarlas?

R: Cualquier momento del año es bueno, y la Navidad es un momento especial. Regalar una orquídea es más que regalar una planta. Lo bueno sería que quien acepte el regalo acepte también el reto de hacerla florecer al año siguiente. 

Si se le da los cuidados necesarios, el regalo de Navidad será un regalo de por vida.

P: ¿Cuándo y a quién se deben regalar?

R: Hay orquídeas con requerimientos muy básicos, ideales para gente con poca "mano verde" y a poco que quieran poner voluntad conseguirán sacarla adelante. 

Obviamente aquí no cabe decir "llevo 4 meses sin regarla" porque al cabo de ese tiempo todo lo que quedará será un "espíritu de orquídea". 

La persona idónea a quien regalarle una orquídea es aquella que, además de saber apreciar su belleza, tenga voluntad de cuidarla.

Además, también sería importante tener cierta idea sobre las condiciones que esa persona tiene en su casa: sería una pérdida de recursos (y de planta) regalar una orquídea que necesita luz a una persona que tiene un apartamento sombrío, o sin espacio apenas donde instalar un tiesto.

P: ¿Y en Latinoamérica?

R: Latinoamérica es otra historia, allí sí tienen cultura orquideológica. Algunos de esos países son auténticos orquidarios en sí, permitiendo a sus ciudadanos mantener y cultivar orquídeas directamente en el jardín, en la calle, sin cuidados especiales añadidos salvo el abono puntual. 

La orquídea es de hecho símbolo nacional en varios de ellos: Cattleya trianae en Colombia, Cattleya mossiae en Venezuela, Brassavola digbiana en Honduras, Guarianthe skinneri en Costa Rica, Anacheilium cochleatum en Belize, o Lycaste virginalis en Guatemala, por poner unos ejemplos. 

En el año 2001 se descubrió la espectacular Phragmipedium kovachii y en Perú ya existe un amplio movimiento para convertirla en símbolo nacional, incluyendo el cambio de su denominación a Phragmipedium Peruvianum. 

Ya te haces una idea de hasta qué punto los latinoamericanos están familiarizados con las orquídeas... Es obvio que en cada país existe cierta predilección hacia esa flor que usan como símbolo nacional, aunque eso no haga desmerecer en absoluto a las demás.

P: ¿Qué cuidados necesitan?

R: Esto es muy relativo, aunque dependerá del entorno de la orquídea en su lugar de origen. En general, necesitan una humedad por encima del 60 por ciento, y son sensibles a las heladas. 

Sin embargo, hay orquídeas capaces de sobrevivir a varios metros bajo la nieve, algunas han colonizado ya el Círculo Polar Ártico y habitan en los lugares más umbríos de bosques y selvas, por lo que no tienen muchas necesidades de luz. 

Otras, sin embargo, son capaces de sobrevivir en ambientes muy soleados, casi predesérticos, compartiendo hábitat con cactus y xerofitas.

 Pero en general, las orquídeas que solemos tener en casa necesitan de una buena ventana, con una cortina fina para evitar el sol directo, buena humedad (fácil de conseguir colocando un platillo con agua bajo el tiesto, pero de modo que nunca llegue a tocar éste) y abono con regularidad. 

Lo cierto es que son menos delicadas de lo que la gente cree y es obligación de todos los amantes de las orquídeas trabajar para desmitificarlas. 

Existe una orquídea para cada casa, para muchos y diferentes rincones. 

P: ¿Es la Navidad un buen momento para regalarlas?

R: Cualquier momento del año es bueno, y la Navidad es un momento especial. Regalar una orquídea es más que regalar una planta. Lo bueno sería que quien acepte el regalo acepte también el reto de hacerla florecer al año siguiente. 

Si se le da los cuidados necesarios, el regalo de Navidad será un regalo de por vida.

P: ¿Cuándo y a quién se deben regalar?

R: Hay orquídeas con requerimientos muy básicos, ideales para gente con poca "mano verde" y a poco que quieran poner voluntad conseguirán sacarla adelante. 

Obviamente aquí no cabe decir "llevo 4 meses sin regarla" porque al cabo de ese tiempo todo lo que quedará será un "espíritu de orquídea". 

La persona idónea a quien regalarle una orquídea es aquella que, además de saber apreciar su belleza, tenga voluntad de cuidarla.

Además, también sería importante tener cierta idea sobre las condiciones que esa persona tiene en su casa: sería una pérdida de recursos (y de planta) regalar una orquídea que necesita luz a una persona que tiene un apartamento sombrío, o sin espacio apenas donde instalar un tiesto.

P: ¿Hay todavía mucho por investigar sobre ellas?

R: Muchísimo. Y desde el momento en que aún se siguen descubriendo nuevas especies, hay todo un campo de investigación abierto a largo plazo. Recientemente tuve acceso a un informe que mostraba las múltiples aplicaciones de Anoectochilus Formosanum para la salud, como si del ginseng se tratara.

Independientemente de sus usos, las orquídeas están en constante estudio gracias a su extraodinaria capacidad de adaptación. 

Además de eso, son seres vivos únicos: se cruzan entre sí, hibridan y sus híbridos resultan fértiles dando lugar a nuevas especies a partir de otras; son cambiantes dependiendo de las zonas, produciendo numerosos endemismos; y por si fuera poco son rápidas a la hora de mutar y cambiar, de tal modo que algunas subespecies son capaces de adquirir rasgos propios que las convierten en especies separadas de aquella primera de la que evolucionó. 

Es más, su especialización a la hora de atraer polinizadores concretos constituye aún un reto no sólo para la ciencia botánica, sino para la biología en general.

P: ¿Qué longevidad pueden alcanzar?

R: Las orquídeas conocieron a los dinosaurios y se trata de una de las primeras familias de plantas con flor en aparecer, hace algo más de 65 millones de años. 

Ya entonces eran auténticas especialistas en atraer polinizadores concretos, al igual que lo hacen hoy día. 

Una orquídea bien cuidada puede sobrevivirnos, y a nuestros nietos, y quizá a los nietos de nuestros nietos. 

Su capacidad de multiplicarse es extraordinaria, y la planta lo hará siempre que se le dé la oportunidad. 

Un amigo mío tinene una Phalaenopsis con más de 30 años, y no es que se trate de la misma planta en sí, sino que antes de finalizar su ciclo vital produce vástagos a partir de su propio pie, que ocupan su lugar y perpetúan a la planta madre.

Agradecimientos a Manuel Lucas García, Yolanda García y al Grupo de Estudio y Conservación de Orquídeas, organizador de ExpOrquídea