Faltó responsabilidad compartida ante prohibición de bolsas de plástico
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Consumidores se adaptan a nueva
realidad ante la necesidad apremiante de evitar los desechos de un solo uso.
La prohibición de las bolsas de
plástico en la Ciudad de México, a pesar de ser considerada una buena medida,
divide la opinión de especialistas en torno a la carga de responsabilidad que
esta medida ha significado para consumidores, empresas y gobierno.
En la Ciudad de México habitan casi 9
millones de personas, que en conjunto tiran mil 350 millones de bolsas al año.
Dicha cantidad no considera las bolsas que se utilizan y se desechan en la zona
conurbada del Estado de México, en la que habitan más de 12 millones de
personas.
Esta realidad se buscó modificar con
la entrada en vigor de las nuevas disposiciones del artículo 25 de la Ley de
Residuos Sólidos en la Ciudad de México, en las que autoridades capitalinas
dieron a conocer que las empresas no podrán comercializar, distribuir o
entregar bolsas de plástico.
“Tenemos que aceptar que la
realidad cambió. Ver esto como una oportunidad para innovar y buscar,
desarrollar las opciones más favorables para nuestros clientes, al no poder
hacer uso de bolsas de plástico”, consideró Juan Carlos Camargo, subdirector de
Sustentabilidad de Walmart de México y Centroamérica.
La medida de prohibición de bolsas de
plástico en la CDMX, dijo, no ha tenido impacto negativo para los acomodadores
de producto en las cajas de la cadena y “no debería haberlo en el futuro” pues
se está eliminando el uso de bolsas de plástico, pero sigue la necesidad de
acomodar productos en bolsas reutilizables.
Abundó que en sus tiendas ofrecen
opciones de bolsas de tela a los clientes y que en general los clientes han
recibido bien que no se usen bolsas de plástico y están dispuestos a hacer su
parte.
En pocas palabras, se requiere de un
trabajo de responsabilidad compartida entre todos los sectores sociales para
enfrentar esta nueva realidad de “cero plásticos”, pues se debe aprender a
vivir sin las bolsas.
El directivo empresarial explicó que
la tendencia en México y en el mundo es eliminar las bolsas de plástico de un
solo uso y no cree que haya marcha atrás.
En el caso de la industria del plástico,
ésta debe buscar opciones para su sector y el comercio, mientras que el
consumidor tiene que responsabilizarse del uso de bolsas reusables.
En la Ley de Residuos Sólidos de la
CDMX se establece la prohibición a partir de este 2020 de comercializar, distribuir
y entregarbolsas de plástico al consumidor en puntos de venta, excepto si son
compostables.
México no tiene una ley federal para
regular los plásticos de un solo uso, aunque ya son 17 de los 32 estados del
país que han prohibido las bolsas de plástico de un solo uso.
Por su parte, Miguel Ángel
Santinelli, director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad
Anáhuac, detalló que “la carga de transferencia y adaptación de la ley recae en
la población civil. Quiero que se entienda que es una buena ley, sin embargo,
su operación oficial es incorrecta”, afirmó.
“No es bueno que tanto empresas como
gobierno nieguen su responsabilidad social en el tema, ambos tenían que haberse
puesto de acuerdo en los esquemas de adaptación del corto y mediano plazo, para
no terminar discutiendo tras aplicarse la ley”, añadió.
El gobierno tenía que planear con
mayor conocimiento y aplicar estrategias y atacar de fondo el problema
principal, que es manejo adecuado de los residuos y no dar un golpe de timón tan
drástico que afecta a todos los ciudadanos y las empresas.
Enfatizó que se requiere de
establecer trabajos al unísono para que la responsabilidad compartida de la
sociedad, las empresas y el gobierno permitan que todos estos actores no se
vean muy afectados ante la nueva regulación.
Otros
consideran que cargan la mano a IP
Carlos Viesca Lobatón, director de
Rinters -empresa consultora en Sustentabilidad Corporativa- señaló que el
ganador en la nueva reglamentación es el gobierno de la CDMX, que utilizó la
emoción del ciudadano para no usar bolsas de plástico y dejo la responsabilidad
en un 100% en las manos de la iniciativa privada.
Aceptó que el uso de bolsas de
plástico de un sólo uso es un problema de contaminación que requiere de una
adecuada transición para sustituirlas.
“La autoridad capitalina ignoró
atacar rubros esenciales en la cadena de recolección y separación de basura que
son un caos. Cabe mencionar que las bolsas de plástico sólo significan un 0.4%
de los desechos, es decir, su impacto será marginal”, subrayó.
Relató que faltó un análisis profundo
en el sector de los residuos para establecer sistemas adecuados de transición
como sustitución de elementos plásticos y otros elementos, así como fomentar
una mayor cultura ciudadana para la separación de los desechos.
Enfatizó que las soluciones de las
autoridades no están apegadas a estudios técnicos, sino aspectos políticos, un
ejemplo es la falta de reglamentación de la basura, que se refleja en que 54%
de la misma sea orgánica son que exista reglamentación al respecto.
Empresarios
del plástico no actuaron a tiempo
Arnold Ricalde, codirector de la
organización Organi-K, dijo que “desde el 2009, la entonces Asamblea
Legislativa de la CDMX publicó una reforma de residuos sólidos que incluía
medidas para cobrar por las bolsas de plástico; poco después se echó atrás por presiones
de la ANIPAC y la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ)”.
Declaró que los empresarios del
plástico, hablan de pérdidas de empleos que genera esta medida, pero también
debe considerarse el costo económico del impacto a la salud y de la pérdida de
ecosistemas y servicios ambientales derivados por la contaminación de
plásticos.
Realidad
apremiante en plásticos
-En 2030 se producirán 619 millones
de toneladas de plástico por año en el mundo.
-Cada minuto se compran un millón de
botellas y bolsas de plástico en el mundo.
-Al año se usan aproximadamente 500
mil millones de bolsas de plástico en el mundo.
Fuente: ONU
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