Con danza, música y letras, Armero conmemora 40 años de resistencia contra el olvido
La publicación del periódico ‘Armero Siempre’ es una de las acciones que Minculturas acompaña junto a la comunidad de Armero-Guayabal para fortalecer los procesos de memoria y creación colectiva. Foto: Erick Morales / Minculturas |
Armero, Tolima, 12 de noviembre de 2025.
Cuarenta años después de la tragedia que marcó para siempre la historia de Colombia, Armero vuelve a ser un territorio de encuentro, memoria y esperanza. Con danza, música y letras, el pueblo conmemora las cuatro décadas de la erupción del volcán Arenas del Nevado del Ruiz, un hecho que arrebató la vida de más de 25.000 personas, pero que también dio origen a una de las más profundas expresiones de resistencia colectiva.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes lidera la agenda conmemorativa bajo el lema “Armero 40 años: Territorio Biocultural”, una estrategia que busca saldar una deuda histórica con las y los armeritas. Durante este proceso, entre 2023 y 2025, el Ministerio ha destinado $3.430 millones para acompañar a la comunidad en la reconstrucción de su memoria a través del arte, la palabra y la creación colectiva.
“Este encuentro simboliza la capacidad del pueblo armerita para transformar el dolor en arte, en vida y en memoria compartida”, destacó la ministra Yannai Kadamani Fonrodona, quien encabeza la conmemoración.
Arte y memoria: un camino de vida
La programación inicia el 12 de noviembre con el lanzamiento del programa “Artes para la Paz”, que busca fortalecer los procesos de creación y reconciliación en los territorios. Más de 500 artistas, estudiantes y formadores participarán en el desfile artístico “Semillas que caminan”, que recorrerá las calles de Armero Guayabal hasta el parque temático Omaira Sánchez, donde se llevará a cabo el encuentro “Siembra para la Paz”.
La jornada continuará en el Teatro Municipal con presentaciones que exaltan la memoria activa de Armero, como el periódico comunitario “Armero Siempre: ecos del ayer”, la puesta en escena “Armero, el olvido que no seremos”, y la entrega de resultados de los procesos de formación adelantados por las Escuelas Taller de Popayán y Boyacá, con apoyo del Ministerio.
13 de noviembre: homenaje a los ausentes
El día central de la conmemoración reunirá a diversas instituciones nacionales y locales, entre ellas la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el Servicio Geológico Colombiano (SGC), la Gobernación del Tolima y la Alcaldía de Armero Guayabal.
La ministra Kadamani acompañará un recorrido por diez estaciones de memoria en las ruinas del antiguo Armero, con fotografías, textos y acciones participativas guiadas por Vigías del Patrimonio, artistas y miembros de la comunidad.
Uno de los momentos más esperados será la presentación “A.R.M.E.R.O. 40 años: el derecho a la M.E.M.O.R.I.A.”, a cargo del Colegio del Cuerpo de Cartagena de Indias, bajo la dirección de Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin. Esta acción corporal, inspirada en las emblemáticas fotografías de Ruven Afanador, evocará a los ausentes con danza, barro y algodón como símbolos del renacer.
La jornada incluirá también las presentaciones de la Banda Sinfónica Nacional, el grupo Calina Cumbay con su obra Armero 40+: memorias en escena, y la pieza contemporánea Tremor de la Compañía Sariri, que celebra la memoria y el renacer de los cuerpos-territorio.
El cierre estará marcado por una velatón “Candlelight”, donde la luz y el silencio se unirán para honrar la vida y el recuerdo.
Un territorio que florece desde la memoria
Las actividades iniciarán desde las primeras horas del día con una peregrinación al antiguo Armero, eucaristías en la Iglesia San Lorenzo y la tradicional lluvia de flores sobre las ruinas, coordinada por la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Durante la jornada también se proyectarán los documentales “Armero 40 años: ConCiencia volcánica” y “Memoria que nos guía”, producidos por el SGC y la UNGRD, respectivamente.
Esta conmemoración no solo es un homenaje a las víctimas, sino una reafirmación de la fuerza cultural y espiritual de un pueblo que se niega al olvido. Armero, con su historia marcada por el dolor, florece hoy desde la memoria, el arte y la esperanza compartida.
“La memoria no es solo recordar el pasado —dicen los armeritas—, es sembrar futuro en la tierra del dolor, para que de ella brote vida.”
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