sábado, 4 de mayo de 2019

Medio Ambiente

Nace el primer polluelo del programa de recuperación de Cóndor Andino

Tras siete años de esfuerzos, el pasado 30 de abril, en el aviario nacional de Barú (Bolívar) nació el primer polluelo del programa de cría de cóndor de Los Andes, creado para recuperar a esta especie.
Con 3,15 metros de envergadura, el condor de Los Andes es una de las aves de vuelo de mayores dimensiones. Es, además, el ave nacional de Colombia.iStock
Después de 62 días de incubación natural, el pasado 30 de abril, en el aviario nacional de Colombia, nació el primer polluelo de cóndor de Los Andes del programa de cría de esta especie en vía de extinción.

Una fotografía del recién nacido
Cortesía
Mediante un comunicado, el Aviario, con sede en Barú (Bolívar) expresó su alegría con el nacimiento de la pequeña cría. “[El hecho]  llena de alegría a todas las personas e instituciones que han participado en este programa binacional que pretende garantizar la supervivencia del Mensajero del Sol a lo largo de toda la cordillera de los Andes desde Chile hasta Colombia”. (Puede interesarle: Hombre vs cóndor: la batalla que tiene en jaque al Rey de los Andes)
Este nacimiento no habría sido posible sin el trabajo que desde hacía 20 años había emprendido el Programa de Conservación del Cóndor Andino en Colombia. Esta iniciativa, apoyada tanto por el sector público como el privado, se empezó a mover en 1989 para repoblar la especie. Por esos años, lograron liberar 71 aves, pero no se sabe si sobrevivieron.
Años más tarde, en 2006, lograron que el ministerio de Ambiente creará  el Programa Nacional para la Conservación de Cóndor en Colombia (2006-2016). Pero fue hasta 2012 cuando el Ministerio de Ambiente, el Parque Jaime Duque y otros zoológicos colombianos establecieron el Programa Nacional de Conservación Ex situ y de cría en cautiverio con fines de liberación del Cóndor de los Andes.
Sin embargo, había un problema: no había en Colombia cóndores cautivos para repoblar. De hecho, la población del país era de, aproximadamente, 60 ejemplares. Así, la única esperanza de continuar el proceso fue buscar a un aliado internacional. El chileno Eduardo Pavez, del Centro de Rehabilitación de Aves y de la Unión de Ornitólogos de ese país, se convirtió en ese socio.


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