lunes, 6 de junio de 2022

Sociedad

Dimensionando la sociedad civil

OSC

60% de las OSC están concentradas entre los 10-15 años, siendo un sector joven con pocos recursos operativos, y oportunidades en su institucionalidad.

Escrito por la Psicológa Martha Garcia

En 2021, CEMEFI reportó 9,673 organizaciones registradas como donatarias autorizadas, ¿serán suficiente para enfrentar los retos que un país de más de 120 millones de personas? 

El origen de las organizaciones de la sociedad civil en México, data del año 1850 y 1919 según la Investigación realizada por Appleseed México para Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), con la iglesia realizando labores caritativas o de generosidad, después llega otra etapa postrevolucionaria en donde costaba muchísimo la participación ciudadana por el tipo de poder que existía en el país lo que nos lleva a que el movimiento estudiantil del 68, el terremoto del 85 y el levantamiento del EZL en el 94 generaron el despertar social que el país necesitaba, por lo que para el año 2000 se hizo la coyuntura ideal para reconocer la necesidad de la sociedad civil y un marco legal para su funcionamiento.

Realmente tenemos solo 21 año trabajando como sociedad civil organizada, por lo que la edad que tienen las OSC el 60% están concentradas entre los 10-15 años, siendo un sector joven con pocos recursos operativos, y oportunidades en su institucionalidad, así como de retos para poder hacer cambios que puedan transformar la sociedad. 

OSC

Además, según el reporte 2021 de CEMEFI, en México las actividades asistenciales son el primer lugar de enfoque de las organizaciones, esto engloba acciones relacionadas con la atención a requerimientos básicos de subsistencia, servicios médicos y de rehabilitación, asistencia jurídica, orientación en temas de trabajo infantil, violencia, alimentación, servicios de desarrollo a pueblos y comunidades indígenas, así como atención a personas con discapacidad, mientras que en el segundo y tercer grupo están actividades educativas y culturales.  

Considerando este antecedente, así como el entorno complejo de américa latina con problemáticas multifactoriales, entornos sociales y políticos retadores y en un nuevo normal a partir de que inicio la pandemia por COVID-19, creo que es natural que hoy las organizaciones de la sociedad civil se encuentren un momento clave de evolución que el resto del ecosistema social debemos reconocer y acompañar.

Hablemos de fortalecimiento

La palabra fortalecimiento ha sido común en el lenguaje del sector social, pero me interesa que retomemos este concepto y pensemos cómo podemos resignificarlo: 

  1. Elevemos el valor de su rol: Reconozcamos el rol de las organizaciones como expertos pues las problemáticas sociales son muy grandes en México y diversas, las OSCs atienden y entienden los problemas de manera práctica y es nuestro mejor puente para escuchar y conocer las comunidades.  El resto de los sectores se puede beneficiar y se beneficia de considerar ese rol como uno relevante en el ecosistema social. 
  1. La colaboración genera prosperidad: Necesitamos hacer conexiones desde nuestras fortalezas pues estamos en un país con retos tan grandes y no deberíamos competir por donativos ni por oportunidades, más bien colaborar, cruzar conocimientos e incluso atrevernos a hacer alianzas que nos permitirán llegar más lejos si compartimos nuestras ideas y diseñamos juntos nuevas propuestas. 

Recordemos que cuando llegó COVID-19 todos teníamos el objetivo de protegernos y algunos lo hicieron desde la educación,  la salud, la cultura, pero lo hicimos juntos viendo al mismo lugar ¿qué pasaría si todos fuéramos conscientes que lo que queremos es la prosperidad? Aprendamos de lo que COVID nos enseñó de nosotros mismos y repliquémoslo en nuestra cotidianidad. 

  1. Innovemos en cómo se ve crecer: Por un lado, podemos pensar en que necesitamos crecer la cantidad de OSC atendiendo más temas diversos, pero también crecer las capacidades y conocimientos que les permitirán tener un mayor impacto o quizá también podemos pensar en llevar a las OSC que tienen condiciones para que se conviertan en Empresas Sociales, y con esto podamos tener actores trabajando en sumar tanto en el aspecto económico como en el social, siendo sostenibles. Lo importante es que debemos pensar en el crecimiento como algo constante, y acompañar las OSCs en ese atrevimiento de crecer sin límites. 
  1. Seamos vulnerables: Tenemos la gran oportunidad de promover el compartir mejores prácticas entre empresas, fundaciones y organizaciones e incluso entre todos los sectores, pero hacerlo desde el lugar vulnerable, no solo desde el éxito ni los logros si no también hablar de los errores, los aprendizajes y de esos baches que nos encontramos en el camino. Todo aportará a la oportunidad de que lo que hemos recorrido esté a disposición de otros y les sirva para crecer más rápido y mejor. 
  1. Conectar y alzar la voz: Las organizaciones tienen mucho conocimiento que compartir, conocimiento que todos los sectores y cada ciudadano se beneficia de recibir. Atrevámonos a alzar la voz a comunicar más, pero sobre todo a conectar con diferentes actores que pueden ayudarnos a potenciar nuestro propósito y nuestro impacto. 

La sobrevivencia humana solo se puede plantear pensando de manera integral en el beneficio de todos, pues lo que sucede en un sector de la sociedad nos afecta a todos, no podemos aislarnos de la pobreza, del analfabetismo o la deforestación. No podemos vivir creando capelos para protegernos de la corrupción, de la contaminación y de la violencia.

Es muy importante subir la relevancia del sector social si queremos resolver los problemas por lo que te invito a que tú también dimensiones el valor de las organizaciones de la sociedad civil y retes la forma en la que estamos promoviendo el fortalecimiento del sector, para que juntos nos llevemos a una nueva etapa de evolución. 

Juntos somos parte del cambio social para ver el México que todos necesitamos y para que cada día sumemos con nuestro trabajo, en el que haya mejor educación, condiciones para trabajar, derechos humanos, donde las necesidades básicas en todos los niveles puedan ser atendidas, donde podamos ver crecer a niños en entornos sanos, tener seguridad hídrica, y seguridad en nuestras calles, así como un estado de derecho que vea por el bien común y que trabaje en pro de las necesidades sociales y ambientales.

Psicológa Martha Garcia :

Martha Garcia es una Psicóloga graduada con honores del Centro de Estudios Universitarios y actualmente cursa la Maestría de Responsabilidad Social Corporativa en la U-ERRE. Martha encontró su pasión en generar valor social a las comunidades de América Latina a través de  asegurar la inversión social a las organizaciones de la sociedad civil desde el sector empresarial. Con 30 años de experiencia Martha ha incidido en el desarrollo del sector social al impulsar propuestas de fortalecimiento y liderear proyectos multisectoriales. 

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