J. Warx, el grafitero que convierte los memes en grafitis
En
entrevista para El Espectador, el grafitero de Valencia, España, hace
referencia al poder de comunicación que tiene un meme y la soberbia que sobre
ellos se ha cimentado la reputación de los medios de comunicación
Por ahora a J. Warx no le interesa que se sepa su nombre o
que se conozca su cara. En Valencia, España, donde nació hace 26 años, eso de
andar grafiteando paredes es ilegal y le podría acarrear multas que van desde
los 200 hasta los 1200 euros, según el daño generado.
Y, por ahora, J. Warx no tiene un quinto para pagar multas. Lo
poco que gana vendiendo cuadros que él mismo pinta, lo reinvierte en los
aerosoles que después usa para dibujar memes en las calles de Valencia.
Eso de Warx no tiene un quinto para pagar sanciones es literal.
Aunque hace un par de años se graduó de Ingeniero químico de la Universidad
Politécnica de Valencia, no ha logrado conseguir empleo. El grafitero de los
memes es una de las más de 3,7 millones de personas que están desempleadas en
España. Una problemática que crece impulsada por la crisis que generó el
COVID-19 en todo el mundo. Según los datos del Instituto Nacional de
Estadística, en el último trimestre el desempleo en España subió del 15,3% al
16.3%. El ingeniero químico es uno de esos porcientos. Le invitamos a
leer: Arte urbano en Portugal: muros que tumban el estereotipo de la calle
“Todo lo que he aprendido sobre pintura lo he aprendido en las
calles. Como no he logrado encontrar un empleo, he tenido más tiempo para
pintar y mientras encuentro un trabajo, que ojalá sea pronto, lo seguiré
haciendo, además porque necesito tener más ingresos porque la pintura en
aerosol es costosa”.
Varios de los memes que a J.
Warx lleva a los muros han logrado quemar las tintas de los diarios o los
minutos de los noticieros en Valencia, por eso, en algunos medios han dicho que
su trabajo “es viral”. A él no parece importarle mucho aquello. “A lo mejor
cuando pintas algo de corazón, sin la obsesión de la virilidad, sino porque te
apetece y apasiona, obtienes mejores resultados. La gente valora la
autenticidad y lo premia compartiendo el contenido en las redes sociales”.
A principios de junio, cuando empezaba a
subir como sin control las muertes y contagios por COVID-19 en España el
director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias,
Fernando Simón, se convirtió en la cara visible del Gobierno ante la pandemia,
pues diariamente ofrecía una rueda de prensa en la que informaba sobre el
número de casos, muertes, posibles soluciones, medidas y todo lo demás.
En una de esas alocuciones, Simón, quien no tenía tapabocas,
empezó a toser sin poderse controlar. Cuando logró detener los estornudos le
hecho la culpa a una almendra que se acababa de comer.
Una noche, a
escondidas de todos, J. Warx dibujó aquella escena en un muro de su ciudad y
pocas horas después el grafiti le estaba dando la vuelta a España. “A veces con
un meme comunicas más que con una noticia. Esa imagen, con un par de palabras,
puede tener mucho poder y muchos no han entendido ese poder porque lo reducen a
la frivolidad”, dice.
J. Warx hace parte de esa generación que viene cobrando los
gazapos, injusticias, trivialidades y exabruptos de los medios de comunicación
y que cada vez más valora encontrar información certera en las redes sociales o
en los llamados medios independientes.
Según dice, solo un 20% de la información noticiosa que
consume, le llega por los noticieros o los periódicos. Para informarse, antes
que nada, recurre a cuentas verificadas de Twitter e Instagram. Además, dice,
tiene muy identificada la estrategia a la que recurren algunos medios para
atrapar audiencias: títulos rimbombantes sacados de contexto: El Clickbait. “Es
una forma muy pobre de llamar la atención porque a veces los medios no
encuentran la manera más honesta de atraer los lectores. Por eso recurren
aquello”.
Paradójicamente esa estrategia le ha
traído créditos, pues cuando grafiteó un meme del emérito Rey Juan Carlos,
medios locales sacaron de contexto sus declaraciones y dijeron que “el
grafitero del Rey Juan Carlos iba a ser multado”.
“En realidad yo nunca dije eso en la entrevista que me hicieron.
Dije que por mucho me podían multar, pero el periodista puso en el título que
‘al grafitero del Rey Emérito lo multarán con tal, tal y tal’. Aunque no fue
cierto, fue publicidad buena para mí. Mientras leía lo que la gente comentaba
yo me descojonaba de la risa”.
Memecracia”.
¿Cómo es la movida del grafiti en
Valencia?
“Lo que yo hago a lo mejor no hubiese hecho tanto ruido si
estuviera en otra ciudad. En Valencia no hay tantos grafiteros y el problema no
es tan grave y la Policía es muy lapsa cuando te ve pintando.
Entonces, puedes pintar en un muro abandonado. Si llega la
Policía y te ve pintando algo chulo sobre la basura, pues te deja pintar. En
Madrid o Barcelona esto no ocurre. No son tan lapsos.
Sin embargo, si la Policía se entera que
no tienes el permiso, te puede multar. Por eso hay que hacerlo rápido”
¿Cómo se vincula al movimiento grafiti?
“Empiezo a pintar grafiti en 2008 porque mis amigos empezaron
hacerlo. Me entretenía mucho eso de ir hasta al colegio firmando por todas
partes con algún aerosol.
Y empecé a ver que gente mayor pintaba sobre los muros o trenes
y me gustaba. Me propuse algún día hacerlo. Así me fui adentrando en la cultura
y me enamoré”.
La combinación entre las redes y los
muros…
Las redes me permiten hacer una explicación del meme que pinté.
Cuando creas un meme la gente, a lo mejor, no está tan metida en Instagram o
Twitter de cuentas virales, entonces si no lo enseñas y das la explicación no
lo entiende.
Por ejemplo, en el último que he hecho, sobre el papa con un
tapabocas con los colores de la bandera LGBTI, mucha gente no va a entender que
Ru Paul Charles, dice “Shantay, you stay” para decir que te acepto, te quiero
aquí. Entonces el papa está diciendo que el papa acepta el matrimonio
igualitario, que fue la noticia de hace unos días.
Los políticos en los memes y el grafiti
“Cuando hice mi primer grafiti viral que fue el de Fernando
Simón, decía que si este hubiera sido un grafiti político no lo hubiera hecho,
porque no quiero pintar políticos. Un mes después estaba pintando al Rey y
luego Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Al principio no quería pintar políticos sino hacer memes, y ahora que he pintado políticos quiero volver a hacer memes. No quiero que todo sea político. Quiero pasármela bien pintando”.
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