lunes, 18 de diciembre de 2017





10 ejemplos curiosos de cómo nosotros mismos influimos en nuestro cerebro. 
Por Guru en Octubre del 2017 en Curiosidades 
Aún estamos muy lejos de poder develar todos los misterios del cerebro. En los laboratorios, los investigadores intentan sin descanso comprender el funcionamiento íntimo, los procesos que nos permiten pensar, memorizar y también disfunciones responsables de enfermedades cada vez más comunes.
Pero más allá de lo que la naturaleza determine en cada uno de nosotros, también podemos influir de manera negativa (o positiva) en nuestro cerebro ya sea por medio de hábitos de vida, actitudes o sentimientos.
Es ahí cuando se entremezclan el cerebro con el corazón y casi se hacen uno a la hora de sentir y experimentar emociones.
Vamos a ver cómo podemos influir en nuestro cerebro y qué podemos hacer para mejorar su inmenso potencial.
1) Pensamientos negativos: Si es cierto que nuestros pensamientos modifican nuestro cerebro… y bien, deberíamos prestar atención a lo que pensamos.
Por ejemplo, según pensemos en cosas positivas o negativas o que sintamos emociones agradables o desagradables, activaremos diferentes sectores de nuestro cerebro.
Y cuanto más activemos estas partes del cerebro, más vamos a desarrollarlas y en consecuencia, más vamos promover la capacidad para pensar en esas cosas y sentir las emociones asociadas a eso.
El neuropsicólogo Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin-Madison, demostró que nuestra tendencia a ser optimistas, seguros de nosotros mismos y felices o bien pesimistas, tristes e intranquilos está ligada a la parte del cerebro que activemos con mayor frecuencia.
Las personas que activas mayormente la parte derecha de la corteza prefrontal controlan menos sus emociones y tienden a ser más tristes, más pesimistas y desconfiados, pero por el contrario, quienes activan el lado izquierdo son más optimistas y tienen más confianza en sí mismos.
¿Cómo liberar a nuestro cerebro de estos pensamientos negativos?
- Piensa en cosas nuevas.
- Escribe tus pensamientos negativos en un papel y luego, tíralo.
- Escribe una lista de todo lo que te alegra y te gusta. ¡Esto aumenta la serotonina en un 25%!
- Antes de dormir, piensa en 4 cosas buenas que pueden pasar mañana.
- Por la mañana, toma dos minutos para pensar en una emoción positiva que sientes vas a vivir ese día e imagina el desarrollo de la jornada influenciada por esa emoción positiva.
- Cuando surja un sentimiento negativo, pensar: “¿Qué me gustaría que ocurriera en lugar de eso?” e imaginar un nuevo escenario para esa situación.

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