domingo, 11 de agosto de 2024

Cultura

 José Asunción Silva: versos y nocturnos con altura bogotana

José Asunción Silva: versos y nocturnos con altura bogotana

  • Celebramos el cumpleaños número 486 de Bogotá hablando de uno de sus mayores próceres poéticos latinoamericanos, José Asunción Silva.
  • Rodeado de una familia muy afín a las letras, a una temprana edad, Silva se acercó a la literatura, distanciandose de la modalidad local y aproximándose a grandes exponentes europeos.
  • Representante del Modernismo Latinoamericano, este escritor creó una propia identidad poética, distante al realismo tradicional europeo.

Escrito por: Juan Diego Bernal Espejo

Doce casas bastaron para transformar lo que alguna vez fue Bacatá en la capital de la República de Colombia, que hoy conocemos con el nombre de Bogotá. Desde entonces, han transcurrido 486 años en los que, a través de un crecimiento acelerado, la ciudad ha alcanzado dimensiones de metrópoli y se ha desempeñado como la cuna de artistas, escritores, atletas y músicos, entre otros grandes exponentes.

Es por este motivo que hoy no solo conmemoramos un aniversario más de la que ha sido la casa de millones, sino que también es el momento de rendir un homenaje a uno de los muchos exponentes que nació en este territorio y que se inspiró a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar: José Asunción Silva.

El 27 de noviembre de 1865, en una casa frecuentada por la élite política e ilustrada colombiana, emergió este prócer bogotano. Ricardo Silva Frade y Vicenta Gómez Diago fueron sus padres y, desde una edad muy temprana, rodearon a sus hijos con escritores de la talla de Jorge Isaacs, José Manuel Marroquín, Ricardo Carrasquilla, José María Vergara y Vergara, Rafael Pombo y José María Samper.

En el texto “Silva, Mito Central de la Poesía Colombiana”, escrito por el poeta, ensayista y novelista Dario Jaramillo, expone lo siguiente:

Silva es el primer contemporáneo, pero a la vez es la génesis de la poesía posterior a él. Todo lo que ha venido después estaba ya en él. (...) La cuestión es tan totalizadora, su presencia tan tenaz en la poesía colombiana, que —aparte de ser el primero, el más antiguo y más actual contemporáneo de los poetas en Colombia— es también el centro de la poesía colombiana”.

Este entorno lo catapultó a entablar una estrecha relación con la literatura europea, lo que desencadenó una escritura prematura. Si bien su reconocimiento latinoamericano e internacional fue alcanzado gracias a sus obras poéticas, a manera póstuma fue publicada “De sobremesa”, la única novela del autor colombiano.

Del mismo modo que había sucedido unos años antes, el 20 de julio de 1810, cuando campesinos y comerciantes se reunieron en la plaza central de Santa Fe de Bogotá para liberarse de la corona española, Silva fue el encargado de romper con el legado europeo en el ámbito de las letras, fue uno de los máximos exponentes del Modernismo en nuestro continente, creando una voz propia que respondiera a nuestro sentir y se distanciara con autoridad del realismo.

Por su parte, la poeta y periodista colombiana María Mercedes Carranza se refiere a la obra silviana en su texto: "José Asunción Silva y el modernismo", como una labor alimentada por una inmensa capacidad de asimilación y, sobre todo, una sed insaciable de conocimientos y lecturas:

Solo así se explica que, aislado en una Bogotá encerrada en sí misma, regocijada en un romanticismo de quinta categoría y en un costumbrismo de chascarrillo, e ignorante del todo de la cultura literaria y estética que bullía en el momento, haya podido Silva asimilar esa cultura, experimentar y crear nuevas formas literarias y convertirse así en uno de los paradigmas de la sensibilidad de su tiempo”.

El analógico florero literario de Silva son entonces unos versos cargados de belleza, melancolía y muerte, que reflejan a la perfección su sentir y lo acercan a “la chifladura del Arte” y “el Mal de Pensar”, términos acompañados por una voluntad firme de innovar en los territorios formales del lenguaje.

La incidencia del melancólico bogotano ocasionó que por primera vez en la historia, el Banco de la República pusiera a circular un billete con el rostro de un poeta en 1995, y además su nombre sirviera de inspiración para designar instituciones culturales y educativas como es el caso de la Casa de Poesía Silva.

Murió un domingo, el 24 de mayo de 1896 a sus 31 años en Bogotá, dejando un legado imborrable en la poesía y versos canónicos como: “¡Aserrín! ¡Aserrán! Los maderos de San Juan” y “Una noche Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas”.

Así pues, les invitamos a celebrar el cumpleaños de Bogotá de la mano del catalogado por muchos como uno de los mejores poetas del continente. Sus versos los podrán encontrar en la biblioteca del Banco de la República, haciendo clic aquí.

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