Cómo saber si tu casa es sustentable
Escrito por Miguel Arzáte Pérez
Las personas realizamos actividades para satisfacer nuestras necesidades diarias, las más conocidas son alimentarnos, vestirnos, transportarnos y habitar. Todas estas actividades son esenciales para sobrevivir en el lugar en donde nos encontramos. Podemos describir la actividad de habitar como la acción de ocupar o vivir habitualmente en un lugar determinado a través de la construcción de una vivienda.
Entonces la vivienda es un refugio que nos ofrece realizar nuestra vida cotidiana en el aspecto físico, social y mental. Nos protege de las inclemencias climáticas como el frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento y otros riesgos para la salud. Para lograr esto la vivienda debe contar con la capacidad de entregar servicios a través de la instalación de infraestructura básica como instalaciones sanitarias, hidráulicas, de gas, drenaje, energía para la cocción, la calefacción, alumbrado, agua potable y eliminación de residuos.
Para que la vivienda nos proporcione estos servicios, dependemos de los recursos naturales que nos ofrece la zona o región en donde se localiza, es decir, depende del medio ambiente; cuando utiliza y transforma estos recursos, emite contaminantes en forma líquida, gaseosa o sólida. Debido a esto nos deberíamos preguntar si la actividad de habitar en la que el ser humano adquiere una vivienda para satisfacer sus necesidades, comprometerá a futuras generaciones a seguir habitando su entorno construido. La respuesta nos indica que la actividad de habitar impacta de forma negativa nuestro entorno, es decir agota y contamina el medio que nos rodea, por lo que las futuras generaciones no podrían disponer de los recursos naturales y vivirían en un medio contaminado.
La solución a esta problemática ambiental la encontramos actualmente con la integración de la sustentabilidad en la vivienda, la cuales describe como: el manejo racional de los recursos naturales del planeta, incorporando mecanismos para el ahorro energético, el reciclaje de aguas y materiales y la gestión de desechos; integrándose al medio de emplazamiento; orientando las edificaciones de tal manera que pueda aprovecharse la iluminación y ventilación naturales, así como incorporando la naturaleza en el contexto inmediato de la construcción, ofreciendo confort y accesibilidad a los usuarios.
La vivienda que cumpla con la integración de elementos sustentables contribuirá en la mitigación de impactos ambientales y el aprovechamiento de los recursos naturales, sin descuidar los aspectos socioeconómicos que aseguran su viabilidad, habitabilidad e integración al entorno natural.
Hoy en día podemos encontrar modelos para evaluar la sustentabilidad en la vivienda, estos modelos nos ayudan a conocer que tan cerca o lejos estamos de hacer nuestra casa más amigable con el medio ambiente. Son sistemas de análisis y evaluación de proyectos arquitectónicos que ofrecen la posibilidad de planear mediante propuestas de diseño, la integración del ser humano con la arquitectura y el medio ambiente. Existen en todo el mundo diferentes metodologías según las leyes, normas y reglamentos de cada país.
Los modelos evalúan básicamente impactos ambientales en diferentes categorías como: transporte, agua, energía, materiales, aire, sonido, innovación, alimentación, residuos y ecología. Otorgan una puntuación final tras aplicar un factor de ponderación ambiental que tiene en cuenta la importancia relativa de cada área de impacto a través de ciertos indicadores. Contemplan distintas fases de diseño, construcción y uso de edificios y otorga una certificación en función de la puntuación global obtenida.
Los principales modelos de evaluación que podemos encontrar en el mundo en países como Estados Unidos, España, Japón o México son los siguientes:
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