domingo, 23 de octubre de 2022

Ambiente

Beneficios de los edificios carbono cero

El consumo de energía y los edificios energéticamente eficientes han sido un tema candente desde hace algún tiempo. El cambio climático es cada vez más una preocupación en casi todos los sectores de la vida, pero especialmente en el sector de la construcción, porque el enfoque en un futuro sostenible nunca ha sido más intenso.

En este contexto, los edificios carbono cero son un campo fértil para la mejora y el alcance de los objetivos climáticos, mantener el aumento de la temperatura del planeta menor a 1.5 °C, además de muchos otros beneficios como la creación de empleos y de comunidades más resilientes, de acuerdo con Green Biz.

Entendiendo los edificios carbono cero

De acuerdo con el World Green Building Council, los edificios carbono cero (ZCB, por sus siglas en inglés) son aquellos altamente eficientes en términos de energía y completamente alimentado por fuentes renovables en el sitio y/o fuera del sitio.

En algunos casos, como último recurso, los edificios también pueden lograr parcialmente cero emisiones netas a través de compensaciones de carbono, que a menudo se presentan en forma de inversiones en energía renovable en otros lugares. Las compensaciones, sin embargo, solo se recomiendan para los casos en los que no es factible un suministro de energía 100% renovable.

Si bien en el pasado los ZCB se consideraban un objetivo que solo los países desarrollados podían alcanzar, hoy en día existen vías políticas para lograr edificios con cero emisiones de carbono, independientemente de su ubicación o estado de desarrollo.

EE. UU. promueve la innovación de sus edificios

Un caso particular es EE. UU., con sus dos recientes leyes: la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 y la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos, pues hace que este sea un momento propicio para transformar casas, apartamentos, oficinas y espacios cívicos para que emitan menos gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, impulsa el ahorro en los hogares y las economías locales mientras se promueve la equidad social y la innovación.

Solo en EE. UU., el 30% de las emisiones totales de los gases de efecto invernadero (GEI) provienen directamente del sector de la construcción, a través del uso de combustibles fósiles, como gas y petróleo, para calefacción, refrigeración y cocina. Indirectamente, provienen de la electricidad utilizada para alimentar los edificios, y a través de las emisiones de la fabricación de materiales de construcción y su transporte, la construcción y la demolición, conocidas como emisiones incorporadas.

Por si fuera poco, las y los estadounidenses pasan 90% de su tiempo en interiores. Es así que un mejor diseño, construcción y mantenimiento de edificios es fundamental para la creación de entornos saludables que emitan cero emisiones de carbono, reduciendo las facturas de servicios públicos y mejorando la calidad del aire.

Siguiendo con lo anterior, un nuevo informe de America Is All describe más ampliamente algunos de los principales beneficios de que los gobiernos y empresas apuesten por edificios carbono cero.

Los edificios carbono cero ofrecen beneficios para la salud

Los edificios con cero emisiones de carbono pueden mejorar la salud pública al frenar la quema de combustibles fósiles que empeora la calidad del aire, especialmente para niños, ancianos y comunidades marginadas. 

Ciertamente el aire de los interiores puede contener de dos a cinco veces más contaminantes que el aire exterior procedente de hornos, estufas, calefactores y secadoras de ropa alimentados con combustibles fósiles y mal ventilados; solo las estufas de gas emiten 21 contaminantes nocivos. Sin embargo, no es solo el aire interior, porque la contaminación del aire exterior de los edificios residenciales es responsable de aproximadamente 15 mil 500 muertes prematuras en EE. UU. cada año.

Por ello, mejores códigos de construcción y estándares de rendimiento de la construcción pueden reducir la dependencia de los combustibles fósiles, mejorar la ventilación y hacer que los edificios tengan menos fugas. Lo que mejoraría la calidad del aire interior, disminuiría el uso de energía y reduciría las emisiones. 

Por ejemplo, cambiar las estufas de gas por estufas de inducción mejora la calidad del aire interior, reduce el riesgo de que los niños experimenten síntomas de asma en un 42%, y disminuye los riesgos de incendio en el hogar.

Los edificios carbono cero ahorran dinero y crean buenos empleos

Otro de los beneficios de los edificios carbono cero es que los hogares en EE. UU. podría ahorrar hasta un 25% en las facturas de servicios públicos al reemplazar los electrodomésticos de combustibles fósiles con alternativas eléctricas que son de tres a cinco veces más eficientes energéticamente.

«Cada dólar invertido en modernizaciones, como aislamiento mejorado, bombas de calor, termostatos inteligentes, iluminación LED y otros electrodomésticos de bajo consumo, ahorra dos dólares en costos de generación y distribución de electricidad».

Informe de America Is All.

El informe de America is All hace notar que dos tercios de los hogares de bajos ingresos en el país vecino gastan un porcentaje desproporcionadamente alto de sus ingresos familiares en facturas de energía. 

Y, si bien el costo inicial de reemplazar los electrodomésticos puede ser un gran obstáculo, la Ley de Reducción de la Inflación incluye miles de millones de dólares en fondos para ayudar a que las empresas y los hogares puedan acceder a electrodomésticos eficientes en energía y modernizaciones, con disposiciones específicas para apoyar a las comunidades desfavorecidas y las familias de bajos y moderados ingresos.

En el sector de la construcción uno de los beneficios en la transición a edificios carbono cero es la creación de empleos de alta calidad. La instalación de cuatro electrodomésticos clave: calentadores de agua, calentadores eléctricos con bomba de calor, cajas de interruptores mejoradas y estufas de inducción podrían crear más de 450 mil puestos de trabajo de instalación.

Transición energética equitativa y asequible

Las medidas de eficiencia energética a menudo requieren inversiones iniciales que pueden resultar inaccesibles para muchos estadounidenses. Los inquilinos también pueden perder los beneficios debido a que los propietarios de edificios no tienen los mismos incentivos para ahorrar en las facturas de servicios públicos. 

Pero estrategias innovadoras, como las instalaciones solares comunitarias, ofrecen a los inquilinos o a quienes no tienen control de sus techos la oportunidad de suscribirse a un proyecto cercano de energía limpia y recibir créditos para su factura de electricidad, además de ayudar a cerrar esta brecha.

Empresas como BlocPower, un negocio de tecnología climática, aprovechan el capital público y privado para ofrecer a los residentes y organizaciones comunitarias en vecindarios de bajos ingresos arrendamientos de equipos o préstamos a bajo interés que hacen que la instalación y el arrendamiento de tecnologías para el hogar amigables con el clima sean asequibles.

Debido a que se puede esperar que los edificios residenciales de EE. UU. duren entre 30 y 60 años, los edificios construidos hoy afectarán a las comunidades durante generaciones. 

Maximizar el impacto de los ZCB

Los edificios carbono cero son fundamentales para crear un futuro más equitativo, resistente y saludable. Su impacto se puede maximizar a través de esfuerzos coordinados que van desde el diseño urbanístico y de desarrollo pensado en comunidades más densas, pasando por la incorporación de tecnologías limpias y conectadas, hasta el enfoque del ciclo de vida de los materiales y el apoyo en la innovación. A continuación se explica más a detalle.

1. Diseñar más densamente

Las comunidades más densas producen menos emisiones de carbono per cápita que las dispersas, en parte porque la gente no maneja tanto pero también debido a un mejor aislamiento por los muros compartidos y los cambios en los patrones de uso de la tierra. 

La actualización de las leyes de zonificación puede hacer que las comunidades sean más densas e incluir un «bono de densidad» que permite a los desarrolladores construir proyectos que cumplan con estándares de eficiencia energética más altos. 

Lo anterior puede traer mayores tasas potenciales de rendimiento para los desarrolladores que luego pueden construir más viviendas en un momento en que escasean los hogares asequibles. La eliminación de los mínimos de estacionamiento apoya a los vecindarios transitables y promueve cambios en los modos de transporte y decisiones sobre el uso de la tierra que priorizan la vivienda asequible, el acceso al transporte público y los espacios verdes.

2. Red de apoyo y resiliencia climática

La adquisición de energía renovable y la incorporación de tecnologías de generación distribuida, como paneles solares, baterías y carga de vehículo a red (V2G) en el diseño de edificios, pueden contribuir a reducir la huella de carbono, ahorrar en costos de operación de edificios y redes eléctricas más resilientes. 

Las tecnologías conectadas a la red y el precio de la electricidad según el tiempo de uso son clave para optimizar la demanda de energía, y ahorrar dinero a los consumidores y las empresas de servicios públicos, ya que elimina la necesidad de construir más capacidad de generación y distribución. 

Una estimación encontró que entre 2030 y 2050, los ahorros de energía de las medidas de eficiencia y flexibilidad de los edificios podrían eliminar la necesidad de un tercio de la generación de energía a base de carbón y gas.

3. Fomentar una economía circular

Los materiales de construcción, como el acero, el cemento y el aluminio, representan el 21% de las emisiones mundiales de GEI, y el 3% de las emisiones de EE. UU. debido a sus procesos de producción intensivos en carbono.

Por ello, reducir, desviar y reciclar los residuos generados en las obras de construcción es fundamental para disminuir el carbono incorporado y las emisiones del sector de la construcción. 

En este sentido, el enfoque de ciclo de vida del producto en el que se reutilizan materiales de construcción en lugar de desecharlos, el diseño modular que usa tamaños de materiales comunes para facilitar la modernización y el diseño de edificios para ser deconstruidos en el futuro pueden reducir los desechos. 

El diseño de edificios que prioriza la flexibilidad en los espacios y hace posible el uso compartido puede ayudar a extender la vida útil de las estructuras, evitando las emisiones de demolición y nueva construcción. Si bien dichos procesos pueden requerir energía, transporte, mano de obra o materiales adicionales para que los edificios vuelvan a ser útiles, también pueden hacer que las cadenas de suministro sean más seguras, además de reducir costos y crear empleos.

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