martes, 19 de marzo de 2019

Desde el artesano hasta el empresario, con oportunidades

Alternativa laboral por llegada de las máquinas, ocasión para construir un mejor entorno creativo.
Felipe Buitrago
Felipe Buitrago integrante del equipo del presidente Iván Duque.
Foto: 
Rodrigo Sepulveda
A la economía naranja solo le quieren buscar las cifras, pero pocos se detienen a valorar el dividendo social que implica. Desarrollar las industrias de la creatividad es una oportunidad comercial, pero más que todo, de poner en el centro al ser humano. Y no es una elección, es parte de un cambio de época.

“En la cuarta revolución industrial la creatividad es una apuesta. Las máquinas se vuelven mejores en ser máquinas y las personas tienen que ser mejores en ser personas”, señala Felipe Buitrago, Consejero Presidencial en Economía, quien respondió interrogantes alrededor del tema.
¿Qué áreas de la economía naranja se potencializan?

Colombia tiene una buena base de talentos, somos fuertes en música, en cine, en televisión, en diseño, en gastronomía, en moda. Tenemos todas las partes de contenido, nos falta articular todo eso en la economía como un todo.

La gente se pregunta ¿Por qué a hoy no hemos potencializado nada?

Mucho de lo que se está planteando son cosas que la cultura ha dicho que se deberían hacer. Es raro ver que gente de la cultura que ha estado pidiendo esto durante décadas, ahora se oponga, solo porque tiene una ideología diferente a la del presidente.

Se le da a la cultura el rol central. Se busca diferenciar nuestras exportaciones, incorporar a las mujeres marginadas de la sociedad en la economía, en las oportunidades, en la educación. Es adoptar nuevas tecnologías y convertir a Colombia en un país avanzado tecnológicamente (no es solo tener computador). Es tener un civismo cultural que entienda las diferencias. Cuando dejas la cultura en el centro tienes la posibilidad de romper esas barreras invisibles.
Cuando dejas la cultura en el centro tienes la posibilidad de romper esas barreras invisibles
¿Poner en el centro la economía naranja es lo que hará crecer el PIB?

Cualquier bien y servicio tiende a tener un valor monetario y otro simbólico. Cuando el valor simbólico es dominante (una obra de teatro), es parte de la economía naranja. Cuando su valor dominante es un valor de uso (un automóvil), es un dominio de la economía sin el naranja, del comercio. Pero todo lo que mercadeamos, ya sean ideas, conversaciones, se trata de un servicio o un bien. Hay bienes que se tranzan por fuera del mercado. 

No hay un intercambio monetario, sino un valor implícito de carácter cultural. Poner en el centro la economía naranja implica romper esa falsa dicotomía de si es o no de mercado. Hay cosas que son semimercado, otras muy poco mercado. Si tienes un mercado dinámico lo más probable es que tengamos una cultura muy dinámica. Si limitas uno de los dos el otro sufre.

¿Los resultados se verán al final del cuatrienio?

​La propuesta de economía naranja no es coyuntural para un cuatrienio, es una estructural para que el país la adopte como un modelo económico enriquecido.

Tenemos una economía de mercado que se ha venido consolidando, ha venido presentando una gran cantidad de virtudes. Hemos logrado reducir en los últimos 20 años las brechas socioeconómicas de manera dramática. Ha sido el mayor proceso de inclusión económica en la historia de Colombia. Esto lo que busca es construir una parte del andamiaje que se necesita para terminar de cerrar esas brechas.
¿Se promoverá la riqueza monetaria?
Se confunde salario con ingreso. La salud y la alimentación basada en su propia cultura son parte del ingreso. Si el PAE (Programa de Alimentación Escolar) se construye desde la comunidad, le mejora el ingreso, no la liquidez monetaria. Mejora la transferencia de riqueza, del centro a las regiones, y eso eleva la calidad de vida. En economía moderna no se mira la riqueza en capital físico, sino social y cultural. 

Es decir, riqueza es cultura.

No se trata de que todos tengamos dinero y Netflix, sino acceso a la cultura. Para algunos el acceso a la cultura está en Netflix, para otros está en tener una maloca en la que pueda celebrar su cultura.

En un país en el que todos viven en conflicto, lo difícil es llegar a la gente con esos argumentos.
Es que lo que genera el choque es cuando yo no reconozco las características diferenciales. Cuando rompo esa barrera y le digo a las comunidades ‘su cultura es importante’, la razón que ellos pudieran tener para objetar un complemento alimenticio, por ejemplo, se reduce.

Si eso es así, ¿por qué fue necesario crear incentivos tributarios?
Con el fomento a la industria, al emprendimiento, muchas de esas actividades tendrán la capacidad de ser independientes, por eso hay que darles las herramientas. 
A las que son más comerciales hay que permitirles fortalecerse. 

Además, con ello eliminamos la competencia que les generan a las que necesitan un apoyo más directo. Si logramos que las emprendedoras se gradúen en un siguiente nivel de independencia económica se pueden concentrar más recursos en las que hay que apoyar.
No se trata de que todos tengamos dinero y Netflix, sino acceso a la cultura

La cuarta revolución industrial no solo afecta las comunidades étnicas sino la totalidad de la sociedad. La economía moderna demanda conocimientos y habilidades que no se han desarrollado en profundidad. Si no lo hacemos corremos el riesgo de que en 5 o en 10 años tengamos un montón de desempleados porque muchos de los trabajos que hacen las personas hoy los realizarán las máquinas.

Si no especializamos a las personas en ser mejores en hacer cosas que las máquinas no hacen vamos a empujarlas a actividades de bajos ingresos. En naranja hay muchas actividades que las personas hacen mejor que la máquina. Por ejemplo, parte de la belleza de una artesanía es su imperfección.

¿Cuál ha sido la receptividad del sector privado?

Desde el año pasado Amazon llegó al país, tiene 600 empleados acá. Pero lo clave no son los empleos. Es una empresa ancla. Todos los que ven a Amazon empiezan a creer en el país. En general, hay nuevos incentivos para quienes inviertan en tecnología seas Amazon o el vecino de la cuadra.

En estos casos surgen críticas porque el Estado es muy generoso con las multinacionales.

La expectativa es que la llegada de empresas como Amazon lleve a que otras ligadas al e-commerce quieran expandir operaciones. Esto lleva a abrir mercado a emprendimientos colombianos. Y entre todos pueden generar empleos.

De esa manera, una diseñadora que hace muñecas, una artesana rural, en lugar de tener que esperar que alguien le compre su producto una vez en cuaresma puede producir por encargo y en vez de 10 vende 20 al año, y en vez de vender en 25 mil pesos le pagan cada una a 25 dólares. Claro, eso no pasa de la noche a la mañana. Necesitamos fortalecer la comprensión de la economía naranja, activar esos canales y construir la infraestructura e integración digital del país.

¿Se requieren más leyes?

Ajustes regulatorios pequeños. Muchos son transversales a toda la economía: simplificación de trámites, incentivos tributarios, apoyo al emprendimiento. Algunos son particulares como la inversión en industrias creativas y nuevas tecnologías, que es donde hemos puestos los beneficios especiales. Son industrias que consideramos estratégicas para la ventaja competitiva del país.

¿Qué cambios a corto plazo veremos para saber que la economía naranja anda?

No te sorprendas si empiezas a ver más conciertos, más teatro. Cuando a Colombia viene una empresa como Netflix y hace una película, los actores y directores del país tienen más oportunidad de ser vistos fuera. Además, van a necesitar técnicos de luces, algunos los traerán y formarán a los que van a quedar acá. Es una simbiosis positiva. Estas inversiones no solo traen plata sino que construyen una capacidad que hace mejor la producción. Pero, no todo es lucrativo, lo que se hace con cultura es construir una mejor sociedad.

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